Bajo la premisa de que el espacio de trabajo está evolucionando, y que los espacios delimitados y los programas fijos se han vuelto una limitante a la colaboración y al intercambio de ideas, MANADA propuso activar unas oficinas como un espacio flexible y permeable en una estrategia de hilvanar el espacio.

Como en todo tejido, la intención principal es conectar partes desarticuladas. Pero no todo tejido se hace bajo las mismas condiciones. Con gran astucia y con lo que se vuelve una estrategia reconocible de operar en cada uno de sus proyectos, MANADA desarrolló un sistema constructivo que permite responder conscientemente al costo y los tiempos de obra que el cliente requería al tratar las piezas del sistema bajo una misma lógica de ensamblaje, a la vez que permite responder puntualmente a condiciones específicas del programa y del espacio. Como resultado, MANADA literalmente altera el tejido que conecta un programa con otro, gesto que se vuelve más evidente cuando se estudian las plantas arquitectónicas y se nota la costura que se conforma a partir de variables en distancia entre un elemento y otro. De manera sistemática, MANADA da pie a condiciones de conexión variables, en ocasiones más densas, en otras más permeables, a veces más integrales, pero todas ellas fluidas. El espacio, así como el programa, fluye. El paso de una zona de silencio a una de colaboración nunca es tajante. Las transiciones tanto espaciales como programáticas ocurren en grados y degradaciones. Ello implica que un espacio y un programa no son una cosa y otra en todo momento. MANADA genera espacios intermedios que no son una cosa ni otra, ni A ni B, sino una mezcla de ellas. No A + B, sino C. Un espacio otro, un espacio lleno de potencial: un espacio que los mismos usuarios activan y definen.

La estructura, que MANADA va hilando por los distintos programas de las oficinas, se convierte en un trazo que recorre la totalidad del espacio. Pero nunca separa un lugar de otro. Las estructuras, una vez más, hilvanan, tejen, conectan. Su espesor, su articulación, su distancia entre un elemento y otro, le dan carácter a las conexiones. Los usuarios de las oficinas habitan esas conexiones. Ahí reside el poder revolucionario de la propuesta arquitectónica de MANADA: provocan que las cosas ocurran en donde usualmente nada ocurre. Si otras prácticas arquitectónicas intentan borrar la unión entre un programa y otro a fin de difuminar diferencias, MANADA extiende la unión, la hace un espacio en sí, uno cuyo programa se contagia de las partes colindantes pero que también contiene suficiente articulación para permitir su propio otro programa.

Iván Hernández Quintela

Ingeniería estructural: MANADA / Diseño de interiores: MANADA / Construcción: LAINVENCIBLE.ORG, CONSTRUCCIÓN PATENTE / Tipo de proyecto: Oficina / Ubicación: Polanco, Ciudad de México, México / Área: 1,281 m2 / Estado: Terminado / Fotografía: Jaime Navarro / Año: 2013